
Nicolette Chansontég parece huérfana porque así como se ve lo parece. Lo parece por la rodillera de cenizas, porque está en un país destruido. Lo parece por la marca de huesos, huellas del hambre, ojos añicados, lengua espátula. Lo parece porque un temblor de tierra, le ha quitado cama, comida y esperanzas.
Un hombre vigoroso, se ha enterado de que muchos niños parecen huérfanos, y nadie les vigila. Viene vestido de gente importante, cada media hora con un racimo de plata, una corbata de nudo hinchado, medio suelta, pandeada a la izquierda sobre su barriga. Trae la paz del blanco. Y sonríe a todo el mundo, con los ojos virados de alegría "Qué buen ayudador" habrán de pensar muchos; "Qué negocio tan efectivo" se rie de sus ganancias, la toma de brazo, y la cruza de frontera.
Un hombre vigoroso, se ha enterado de que muchos niños parecen huérfanos, y nadie les vigila. Viene vestido de gente importante, cada media hora con un racimo de plata, una corbata de nudo hinchado, medio suelta, pandeada a la izquierda sobre su barriga. Trae la paz del blanco. Y sonríe a todo el mundo, con los ojos virados de alegría "Qué buen ayudador" habrán de pensar muchos; "Qué negocio tan efectivo" se rie de sus ganancias, la toma de brazo, y la cruza de frontera.
He encontrado el camino:En los desastres naturales, existe una amenaza latente: la trata de personas; un sinúmero de criminales que forman parte de un sistema inescrupuloso, de comercio incluso sexual, donde las principales víctimas son niños y niñas de las zonas afectadas.
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